Zénemig Giménez
Un Capítulo para la Historia
de la Imprenta y del Periodismo
en Venezuela
PERIODICOS Y PERIODISTAS
FALCONIANOS
(1843-1953)
(Ensayo de Rescate
de Autores y Periódicos de la Región)
Zénemig Giménez
Homenaje en los 50 años
de los Estudios de Periodismo en la UCV
Caracas, 1997
Dedico...
A mi esposa y mis hijas
A mis hermanos
Mi Agradecimiento....
A los empleados de la Hemeroteca Nacional,
cuya paciente labor
hace posible la tarea solitaria
de ensartar recuerdos,
colorear vivencias...,
¡ esculcar la historia!
Coro...
‘... Aún no me he marchado de tus calles. /
Dondequiera que estuve /
era por ellas /
donde el devoto corazón andaba...'
Otón Chirino,
INDICE
I. Dedicatoria y Agradecimiento ................... IV-V
II. Índice ............................................................. VI
III. Introducción ................................................. VII-XXI
IV. Referencias .................................................. 22-25
V. Índice cronológico
1842 - 1879 ............................................ 26-41
1880 - 1885 ............................................ 41-55
1886 - 1900 ............................................ 56-92
1901 - 1905 ............................................ 93-101
1906-1910 ........................................... 102-120
1911 - 1921 ......................................... 120-143
1922 - 1930 .......................................... 143-155
1931 - 1939............................................ 156-175
1940 - 1943 ........................................... 175-181
1944 - 1953 ........................................... 181-190
VI. Índice onomástico ......................................... 191
VII. Abreviaturas ................................................. 224
VIII. Entrevistas ................................................... 227
Introducción
¿Cuáles son los aportes corianos a la historia del periodismo en Venezuela y quiénes participan en el devenir de esta actividad en el después Estado Falcón, desde el momento en que aquí se instala la imprenta y circula su primer periódico?
A la pregunta de cuándo y quiénes introducen la primera imprenta en la que fuera Provincia de Coro dio respuesta en forma escueta el historiador Don Eloy G. González en su << Informe sobre el periodismo en Venezuela >>, la más completa relación escrita sobre el tema durante el siglo XIX 1 : ‘ Varios accionistas instalan la primera imprenta en Coro en 1842 ', asienta González en su << Informe ...>> y en ella se imprime, en enero de 1843, El Observador, primer periódico coriano del que se tenga noticia.
El acucioso historiador divide su trabajo en cuatro (4) partes 2 y en la última de ellas asienta que las fechas sobre la introducción de la imprenta las toma de la Recopilación... de Manuel Landaeta Rosales3.
Años más tarde, Don Julio Febres Cordero coloca unas molestosas banderillas a la afirmación que González tomó de Landaeta. A Don Julio ‘ le parece que con anterioridad a 1842 estaba establecida la imprenta en Coro' 4. Conjetura así Febres a partir de una nota del periódico caraqueño El Fana l, del 20 de febrero de 1830, que se refiere a ‘ un papel suelto de Coro ', al que sin otro fundamento Febres presume impreso en la ciudad.
Hoy se percibe con claridad que, subsanada la perturbación que de buena fe provocó Febres en los datos de Landaeta y González, nada nuevo se aportó después que la justificara. En sana lógica, el ‘ papel suelto de Coro ' pudo salir de cualquier vecindad próxima donde hubiera imprenta y el hecho de que así lo identificara El Fanal surgió por la circunstancia de que circuló en esa localidad, de que se asoció localmente al sitio donde se tuvo noticia del mismo por primera vez, o sencillamente porque el tema estaba relacionado con Coro. En consecuencia, apreciada la situación con mayor imparcialidad, lejos de la
1 Incluido en Primer libro venezolano de literatura, Ciencias y Bellas Artes ( Ofrenda al Gran Mariscal de Ayacucho). Tip El Cojo (Parte 1), Tip. Moderna (Parte 2), Caracas, 1895, 552 pp. 37 x 29,5 cm. Pub por la Asociación Venezolana de Literatura, Ciencias y Bellas Artes, bajo la dirección de Rafael Fernando Seijas [Hay facsimilar (2ª edic ) por el Concejo Mpal del Dtto Federal, imp en Centro Editor, Caracas, dic 1974, 34 x 23 cm., con present. del Dr. Rafael Domínguez Sisco ]
2 I. Introducción; II. Periodismo en Venezuela; III. Periódicos de Venezuela; y, finalmente, IV: Periodistas de Venezuela en 1894, con un Apéndice.
3 Gran recopilación geográfica, estadística e histórica de Venezuela , formada por Manuel Landaeta Rosales y publicada por disposición del presidente constitucional de la república, Dr. Juan Pablo Rojas Paúl. Imp Bolívar, Caracas, 1889. 2 tomos. Hay reed patrocinada por el Banco Central de Venezuela en Colección Cuatricentenario. Caracas, 1963. El pról de Pedro Grases aparece sin firma.
4 Febres Cordero González, Julio, << Imprenta en Coro >>, en su Historia del Periodismo y la imprenta en Venezuela , Caracas, ANH, 1983, p 304.
ilusión que pueda despertar, resulta obvio que tal registro noticioso no tiene porqué conducir forzosamente a ubicar una imprenta en la ciudad.
No habiendo elementos nuevos, es permisible rotular la nota de El Fanal como generadora de una especie sin mayor fundamento y nada más. Por tanto, la quietud y el sosiego que la excesiva suspicacia de Febres lamentó perturbar se mantienen intactos, continuando indefinidamente planteada la pregunta — o la amarga ilusión — sobre si el ‘ papel suelto ' se imprimió en Coro, el cual bien pudo serlo en poblaciones vecinas — Maracaibo, 1821; ó Puerto Cabello, 1826 — , lugares estos donde como queda indicado, llega la imprenta antes de 1830, año de la nota publicada en El Fanal ...
Las proclamas de Miranda
Las respuestas a las preguntas con que se inicia este trabajo — ¿cuáles son los aportes corianos a la historia del periodismo en Venezuela y quiénes participan en el devenir de esta actividad? — , es decir, las que tienen que ver con los elementos que en forma significativa y trascendente inscriben a Coro en las páginas del periodismo venezolano, exigen retroceder a los momentos inmediatamente previos a la conformación de la nacionalidad.
El primero de ellos está íntimamente relacionado con el singular acontecimiento que para la historia del periodismo en Venezuela entraña la incursión de Francisco de Miranda en Coro, en 1806.
Indiscutiblemente, es éste un hecho que vincula espiritual y estrechamente a los descendientes de aborígenes, europeos y africanos, que moraban en la Provincia de Coro, con la primera imprenta que llega a la hoy Venezuela y los primeros papeles que en ella se editan. A bordo de la nave capitana ‘ Leander ', el Precursor Miranda se hace acompañar del taller con la imprenta que atraca frente a las costas de La Vela. Acá, en Coro, ‘ surgidos de esa primera imprenta, circulan los primeros papeles con proclamas, esqueletos de nombramientos y otros impresos ', que con nítidos caracteres tipográficos preludian derroteros de libertad 5.
Ya el periodista e historiador Misael Salazar Léidenz reivindicó esta primicia para la tierra falconiana: ‘ Mientras no se demuestre lo contrario, la mariana ciudad de Nuestra Señora de Santa Ana de Coro, goza del privilegio de ser la primera población venezolana donde circuló una hoja impresa en lo que hoy es Venezuela ' 6.
5 Grases, Pedro, Miranda y la introducción de la Imprenta en Venezuela , Caracas, 1958; tamb en su De la primera imprenta en Venezuela y algunas obras de referencia , UCV, Caracas, 1979.
6 Salazar L., M., en su El Amigo del Gobierno (periódico coriano de 1849) , pub en Separata del Boletín Histórico de la Fundación John Boulton , Nº 8, Caracas, mayo 1965; y en Sánchez, R., comp., Curiana , Caracas, 1970, pp 89-96.
Este suceso se presenta con ocasión de la expedición mirandina, en 1806, cuando el Precursor hizo imprimir a bordo del ‘Leander' la que fuera su proclama a los pueblos de la América, en la primera escala militar de la odisea que emprende ‘ con el objeto de buscar la mejor forma y plan de gobierno para el establecimiento de una sabia y juiciosa libertad civil en las colonias hispanoamericanas ' 7.
Pedro Grases 8 precisa este acontecimiento cuando asienta: ‘ no llegó a tocar posiblemente tierra la pequeña empresa mirandina, pero si llegó a imprimir por lo menos cinco proclamas: una fechada en Jacmel; otra a bordo; dos, fechadas en Coro y una en Aruba ' (subrayado nuestro). Miranda arriba a La Vela la noche del 1º de agosto y el día 4 ocupa a Coro. La primera de las dos proclamas en la capital tiene fecha 3 de agosto ‘ y contiene una elocuente exposición de quejas y agravios de los naturales ' 9 .
Dos años más tarde, en 1808, parte de esta imprenta regresa nuevamente desde Trinidad, adonde fuera llevada por Miranda después de su desembarco en Coro, cuando hubo de venderla a Mateo Gallagher para liquidar gastos de su fracasada expedición. En este segundo viaje es instalada ya en tierra venezolana por el mismo Gallagher, en compañía de Jaime Lamb, y en ella se imprime la Gazeta de Caracas . Así lo confirman las investigaciones de Pedro Grases, reorientando definitivamente las hipótesis de autores como Arístides Rojas, Ricardo Becerra, Manuel Landaeta Rosales y Julio Febres Cordero González, entre otros, para quienes se trataba de la misma imprenta, pero que indagaciones posteriores precisaron que formaba parte de ella .
La presencia del Obispo Talavera
Más difícil aún resulta incursionar en los primeros momentos de la actividad periodística de los falconianos sin mencionar la sonora presencia que a la misma le imprimió el Mons. Mariano de Talavera y Garcés, después Obispo de Trícala, aun cuando tal actividad no la desarrolle propiamente en su terruño y en momentos en que sus ideas eran adversadas por no pocos de sus coterráneos. El historiador Aníbal Hill Peña resume atinadamente la trascendencia del Obispo coriano en estas lides cuando asienta que ‘ Andrés Bello y Mariano de Talavera, en orden cronológico, son los primeros periodistas de Venezuela ' 10.
7 <<Disposición testamentaria del Gral. Fco. de Miranda, Londres, agosto 1, 1805>> . En Blanco-Fombona de H., M., El enigma de Sarah Andrews.. , Caracas, dic 1981.
8 Grases, P., compil., Materiales para la Historia del periodismo ..., 1950, p 373.
9Grases, P., Idem. La 2ª tiene fecha 7 de agosto.
10Hill Peña, A., Mariano de Talavera, El Tribuno de la Libertad . Caracas, 1956, pp 53-54.
Incluido el ensayo biográfico de Hill Peña sobre Talavera, las primeras incursiones del Obispo coriano en el periodismo han sido abordadas con acuciosidad por Virgilio Medina 11 y José Ratto Ciarlo 12. Este último, apoyado en las investigaciones de Pedro Grases, se remonta a noviembre de 1808, cuando Talavera se convierte en ‘ el primer colaborador ' de la prensa de Venezuela a través de la Gazeta de Caracas , considerado el primer periódico patrio 13, que surge de la misma imprenta que dos años antes había absorbido los resplandores corianos en la frustrada expedición mirandina y alumbraba los primeros derroteros de libertad en suelo americano .
El joven sacerdote Talavera se desempeña para la época como Rector del Seminario de Mérida y secretario del Obispo Santiago Hernández Milanés. Desde allí, ‘ el primer colaborador ' pergeña sus primeras y ardorosas cuartillas que alumbran postulados de libertad atizados bajo el fuego de su sotana. Con ellas vence la distancia que lo separa de la capital para reencontrarse con su recordado condiscípulo, Andrés Bello, ‘ el primer redactor ', como acertadamente los identifica Ratto Ciarlo.
Afianzado en la prodigiosa memoria del Obispo coriano, ese infatigable investigador de la obra de nuestro primer humanista, el distinguido Profesor Grases, cita un ejemplo que demuestra la sinceridad de la admiración y el recuerdo que en todo momento tributó Talavera hacia Bello. Así lo glosa en su trabajo titulado Doce estudios sobre Andrés Bello , donde asienta: ‘ agrupo en este libro doce artículos que andan dispersos ... en distintas publicaciones '. El octavo de ellos se titula << Otro ejemplo de veneración caraqueña [?] hacia Andrés Bello >>, donde alude al coriano Mariano de Talavera, quien [ ¿en 1860? ] hizo publicar en un periódico de Caracas [¿ El Independiente ? ] el poema de Bello << A la Vacuna >>, cuyo texto se sabía aún de memoria después de transcurridos cincuenta años 14.
Recordemos que cuando estalla en Caracas el movimiento independentista de 1810, Talavera es designado vicepresidente de la Junta Patriótica de Mérida, posición desde la cual también se le cita como redactor del Proyecto de Constitución Provincial de 1811, la
11 Medina, Virgilio, << Mons Talavera y Garcés, nuestro primer periodista >>, en Revista Polémica , Coro, Nº 317.
12<< El primer redactor y el primer colaborador en la prensa venezolana >>, por José Ratto Ciarlo, en Libertad de prensa y otros ensayos sobre periodismo (Ediciones del XX Aniversario de la Escuela de Periodismo), UCV, Caracas,1969, pp 177-202.
13 El historiador Idelfonso Leal halló que el 1er. periódico publicado en Venezuela es El Correo de la Trinidad Española , quincenario en 4 pp. y 2 cols., cuyo N° 1 es del 13 de agosto de 1789, editado en francés y castellano. Leal ubicó en el Archivo de Indias los Nos. 1 y 5 y recuerda que en 1789 Trinidad formaba parte del territorio venezolano, pues no es sino hasta 1797 cuando cae en poder de Inglaterra. Sin embargo, aun habiendo perdido la Gazeta de Caracas la primogenitura cronológica, su permanencia, frecuencia y relevancia política le mantienen en su sitial de primer periódico venezolano.
14 Grases, Pedro, compil., Doce estudios sobre Andrés Bello . Edit Nova. Buenos Aires [1950] 181 pp. retrato 21 cm. El estudio << Otro ejemplo de veneración ...>> fue tamb pub en Revista Nacional de Cultura , Nº 52, Caracas [cursivas, corchetes e interrogantes de zg ].
más antigua de Venezuela, obra rodeada de elogios y de recordación por su fondo y forma, donde ‘ se formula por primera vez, en estas montañas, una teoría democrática del poder público..., siendo ésta la mejor tradición cívica de Mérida ' 15 .
Figurará Talavera igualmente como Redactor de Concordia del Zulia 16 , semanario zuliano cuya etapa inicial la cumple bajo el nombre de El Correo Nacional , título éste con el cual circula como primer periódico de la región y al que también se confunde repetidamente con un supuesto periódico denominado Correo del Zulia 16-A , como lo aclararon las investigaciones de Humberto Cuenca, Jesús María Portillo y Augusta Faría de Hands, entre otros 17 .
Se presume que el desconocido número inicial de El Correo Nacional circularía el 14 de mayo de 1821, aunque, en propiedad, el Obispo falconiano redacta el semanario desde el domingo 17 de marzo de 1822, después de bautizarlo con el consensual calificativo de Concordia del Zulia , fecha en la cual ‘ Maracaibo se vio entusiasmada con el nuevo periódico ', al decir de Augusta Faría de Hands 18 .
Se corrige así el dato de Bartolomé Tavera Acosta (1865-1931) 19 , en el cual se basaría Virgilio Medina para otorgar a Talavera el carácter de precursor del periodismo
15 Picón Salas, Mariano, citado por A. Hill Peña, en Id., pp 28-29.
16 Concordia del Zulia continuaría a El Correo Nacional , primer periódico del Zulia y nombre con el cual circuló el 9 de junio de 1821: ‘ Encargaron al Dr. Mariano de Talavera su continuación [de El Correo Naciona l ] ... pero creyó éste preferible sustituir el título por el de Concordia del Zulia . Seguía la publicación anterior, ya que llega a manifestar que los suscriptores del primero recibirían el nuevo semanario', que circuló 19 veces entre el 17 de mar y el 11 de ago de 1822. Ref.: Grases, P., Obras ( La Imprenta en Venezuela, II ) , Seix Barral,1982, pp 339, 341-2. Tamb en fuentes indicadas en n.p.p. 16-A y 17, abajo.
16-A Desde que Arístides Rojas lo afirmó, el error fue repetido por cronistas y recopiladores hasta 1957, insistiéndose que el primer periódico publicado en Maracaibo era El Correo del Zulia . Con el hallazgo en la Colección Dolge de la HN de una veintena de números de El Correo Nacional , Humberto Cuenca estableció definitivamente (declaraciones a Panorama , Maracaibo, mar 1, 1957; y en su artículo << El primer periódico del Zulia >>, en diario El Nacional , Caracas, mar 2, 1957 ), que era éste el nombre del primer periódico editado en la entidad zuliana. Igualmente se determinó que el único periódico independiente y semanal que con el nombre de El Correo del Zulia aparece en los anales del periodismo en el Edo. Zulia fue editado muchos años después, ‘ en agosto de 1863 y hasta marzo de 1864 en Maracaibo, en la pequeña imprenta de Ángel Urdaneta & Ca.'.. Así lo asienta Eduardo López Rivas, en su << La imprenta en el Zulia >>, incl en Millares Carlo, A., y Carlos Sánchez Díaz, compils., Materiales ... en el Estado Zulia , Caracas, 1970, pp 22, 24, 27-28, 29-30, 33, 51, 56, 60, 331, 340-343, 348.
17 Cuenca, Humberto, << Prólogo a El Correo Nacional, Reprod facsimilar del primer periódico del Zulia>>; Portillo, J.M., << La Ciudad de Maracaibo, 1890>>, cit por Cuenca, en Id.; y Faría de Hands, A., << Los tres primeros periódicos de Maracaibo>>. Todos en Millares Carlo, A., compil., Idem, pp 218-224, 330-349.
18 Faría de Hands, en Id.
19 << La Imprenta en Guayana>> , BANH , Nº 202, p 172, Caracas, abril-junio 1968.
zuliano en El Correo Nacional , que Faría de Hands demostró pertenecía al marabino José Demetrio Lossada. La destacada e igualmente labor pionera del Obispo falconiano en el semanario Concordia del Zulia — que continúa la de Losada — , la lleva a cabo Talavera al lado del francés Andrés Roderick, primer tipógrafo impresor del pensamiento libertario de América en las páginas del Correo del Orinoco .
De la memorable actividad periodística del Monseñor Talavera y Garcés se sabe que en sus últimos años, funda, dirige y redacta en Caracas la Crónica Eclesiástica de Venezuela , desde 1855 a junio de 1857, cuidadosamente recopilada para la posteridad por Mons Nicolás Eugenio Navarro en 1929 20 .
Los hechos
Más allá, entonces, de la conjetura de Febres; de los lampos de libertad y la aureola editorial que irradian las proclamas de la expedición de Miranda en Coro, así como también de la actividad periodística del Obispo Talavera, situaciones ambas que a través de acontecimientos distintos vinculan inexcusablemente a Coro con las primeras realizaciones de la imprenta y el periodismo en la Capitanía General de Venezuela; y reencontrándonos con la instalación de la imprenta en Coro y la labor que en ella desarrollan los falconianos, lo concreto sobre la introducción de ésta en 1842 y la consiguiente circulación de El Observador , continúa siendo el dato que Eloy G. González toma de Landaeta Rosales.
Estos dos últimos hechos constituyen en propiedad lo que hasta ahora marca el inicio de la imprenta y la elaboración de periódicos en la región, etapa de la que se ocupan las próximas líneas. Las mismas demuestran que desde la instalación de la imprenta, el ejercicio del periodismo en la que primero se conociera como Provincia de Coro, luego Estado Coro, Gran Estado Falcón-Zulia y después Estado Falcón, está llena de historia grande y menuda, no habiéndose interrumpido en siglo y medio la edición de diarios, vespertinos, revistas, hojas y otras publicaciones, lapso en que destacan impresores, periodistas, escritores y poetas para lustre de las letras venezolanas.
20 Apuntes de historia eclesiástica de Venezuela, por el Iltmo. señor doctor Mariano de Talavera y Garcés, obispo titular que fue de Trícala y Vicario Apostólico de Guayana . Recogidos, prologados y anotados por Mons. Nicolás Eugenio Navarro... Caracas, Tip Americana, 1929, 152, IV pp., ret.., 23 cm. Ref.: Villasana, A.R., ERBV , t VI, p 381. Navarro recopila los apuntes pub en Crónica Eclesiástica de Venezuela , comenzados desde el Nº 109 hasta el 128, de ago 19, 1857. Incluye, además, << El ilustrísimo señor Obispo de Trícala >> [Caracas, 1865?], por Francisco Javier Mármol; y las siguientes páginas de Talavera: << La independencia de Venezuela, 5 de julio de 1811 >> y << 28 de octubre - Don Simón Bolívar >>. BN registra 2 vols. de Crónica ... El 1º contiene los Nos. 1-55 y el 2º los Nos. 98-119. Faltan, por consiguiente, los Nos. 56-97 inclusive., Ref.: Sánchez, Manuel S., Obras , t II, p 9. Tamb hay Ref. en Machado, José E., << Lista de algunos periódicos que vieron la luz en Caracas de 1808 a 1900 >>, reprod en Grases, P., comp., Materiales ... del Periodismo en el Siglo XIX , UCV, Caracas,1950, pp 78-111 ]
¿Quiénes han escrito
sobre el tema?
Aunque los estudios y autores sobre el tema se reseñan en su totalidad en las Referencias Documentales y en cada ficha de trabajo, sobresalen los clásicos de Manuel Landaeta Rosales y Eloy G. González, autores que lograron reseñar unos veinte periódicos y una cifra un poco mayor de periodistas falconianos hasta 1895. Se encuentra también la selección de los trabajos de investigación del periodismo en Venezuela, realizados por Julio Febres Cordero González y editados por la ANH en 1983. Orientados igualmente al estudio del periodismo en el país, son las compilaciones de P.Grases, Cesia Ziona Hirshbein, Morella Barreto y Elke Nieschulz.
Centrados específicamente en el Edo Falcón, los estudios sobre periodismo han sido abordados en dos áreas diferentes: unos, a través de artículos y trabajos de corta extensión; otros en el contexto de diversos temas. Entre los primeros están los de Tulio Arends, Aníbal Hill Peña, Virgilio Medina, Alfredo Ugarte, Misael Salazar Léidenz, Julio Diez, Luis A. Bueno, Pedro Varela Áñez, Lino Revilla, Pedro G. De León, Isaac A. López y de cuantos aparecen relacionados en este estudio. De estos últimos deben igualmente citarse aquellos que he escrito para el diario La Prensa, de Coro, entre los años 95 y 97, que ahora se presentan en forma completa y ordenada.
Entre falconianos que a través del libro han escrito sobre periódicos y periodistas de la región, aunque en el contexto de diversos temas, destacan, en orden cronológico, los nombres de V.N. Graterol Leal, Aníbal Hill Peña, Luis Arturo Domínguez Lugo, Jesús Hernández Chapellín, Ivan y Rodrigo Rodríguez Hidalgo, Gabriel Briceño Romero, Diego Nicolás Chirinos, Octavio Ramón Petit, Oscar Beaujon Graterol, Pedro L. Bracho Navarrete, Rafael Sánchez, Misael Salazar Léidenz, Alí Brett Martínez, R. López Lilo; y, últimamente, referida específicamente al tema, la relación de publicaciones falconianas escrita por Miguel A. Paz.
Con excepción del valioso examen de Misael Salazar Léidenz sobre morfología y contenido del periódico << El Amigo del Gobierno.1849 >>, y de la relación de Paz sobre periódicos y revistas regionales, los restantes autores no se han planteado como tema central de estudio el periodismo local. Redactados, sí, con el edificante empeño de recoger distintos trozos de la memoria falconiana, al incursionar en tópicos propios de su periodismo sólo lo hacen en forma accesoria o episódica, incurriendo la más de las veces en fallas que enturbian el esfuerzo realizado, limitando la información por la imprecisión y la falta de consulta en las fuentes pertinentes, o recurriendo a una fundamentación anecdótica y recordatoria que conduce a desviaciones e insuficiencias, vacíos históricos y conceptuales sobre el tema.
Dentro de estas obras falconianas, especial advertencia reclama la escrita por mi estimado amigo Miguel Ángel Paz, que se ocupa de periódicos y revistas del Edo. Falcón, ya que la misma muestra fallas mayores a las anotadas. En ella no se cita fuente consistente alguna que permita verificar la existencia y detalles inherentes a los periódicos y periodistas citados. Más censurable aún es el criterio y tratamiento que se hace de aquellos periódicos de los cuales Paz afirma haber hallado ejemplares. Es de suponer que al haberse confirmado su existencia con la indispensable consulta del ejemplar, resulta inexplicable que no se proporcionen elementos claves para el registro de identidad del mismo. Menos aún se entiende que no se ofrezcan indicios de la ubicación o pista alguna de al menos uno de los ejemplares estudiados, fuente primaria y objeto de su trabajo, hecho que al parecer olvidó era esencial en la investigación planteada. En el curso de nuestro estudio quedarán evidenciadas las distintas fallas presentes en el libro de Paz, las cuales, lamentablemente, se repiten años después de haber sido advertidas en otros autores e investigaciones y que debilitan el esfuerzo de esta obra falconiana y el papel orientador de la misma.
Para terminar con esta respetuosa aunque ineludible observación, oportuno es aclarar que con excepción de Landaeta Rosales y Eloy G. González, coetáneos y en buena parte testigos de los sucesos periodísticos de la segunda mitad del siglo XIX y quienes enfrentaron las duras limitaciones de la época para recabar información sobre unos pocos periódicos falconianos entre 1843 y 1895, es obvio que no puede exigirse menos a quienes escribimos a un siglo de distancia de estos clásicos.
¿Qué se estudia?
Sujeto a la premisa de que el periodismo venezolano nace con el propósito de informar y crear una opinión pública rudimentaria, el escritor y periodista Virgilio Medina asocia los orígenes de la imprenta en Coro en 1842 a la influyente presencia de El Venezolano , órgano del Partido Liberal que dirigiera Antonio Leocadio Guzmán, circunstancia que ‘ no descarta ni invalida que este suceso se viera también influido decisivamente por los inicios del Colegio Nacional de Coro, que venía funcionando desde 1834 '. También el Dr. Tulio Arends desarrolló documentadamente estas ideas en su trabajo << Inicios del periodismo en el Estado Falcón>> .
Pero, con la debida admiración a los enfoques de Arends y Medina, nuestro estudio no apunta a rastrear orígenes políticos o sociales de la imprenta ni de El Observador en Coro. Tampoco hacia los propósitos que se planteó este periodismo local. Tan sólo se ocupa del hecho mismo, se orienta a reunir información sobre aquellos sucesos, obras y autores presentes a lo largo de la jornada que se inicia con la instalación de la imprenta y la estampa del primer periódico del que se tiene noticia circula en la ciudad, ofreciendo la relación detallada de publicaciones, periodistas e imprentas que irrebatiblemente muestra la indagación y que conforman de manera documentada e imparcial la secuencia vivida por el periodismo falconiano.
Por qué se investiga?
Habiendo existido desde 1843 un cierto número de periódicos y mencionados algunos, es válido preguntarse el por qué y para qué de la investigación sobre periódicos y periodistas falconianos.
La respuesta comienza con la forma adoptada para dar a conocer los resultados del presente estudio: el ensayo, modalidad expresiva en cuya esencia están la duda y la inconformidad, las cuales permiten al autor considerar y examinar las cosas opuesto a toda actitud dogmática. El presente ensayo, entonces, no aspira a verdades definitivas, pero sí a remover lo establecido en torno a un importante tema del pasado en buena parte desconocido y reiteradamente abordado en forma errada, situación ante la cual la originalidad de la investigación exige un tratamiento como lo demandan la desinformación y confusiones existentes. Es decir, un enfoque debidamente sustentado en una ortodoxia y en la observación disciplinada de fuentes razonablemente confiables.
El arqueo de fuentes sobre el tema indica que un considerable número de periódicos y periodistas falconianos se desconocía y otros venían siendo presentados en forma incompleta o rodeada de inexactitudes, en buena parte repitiéndose nombres de uno a otro autor, sin constatarse su veracidad ni aportándose nuevos datos mediante la indispensable sustentación documental. Si a estas fallas se agrega que la minuciosa revisión de las fuentes sugiere una mayoría de publicaciones con vida muy efímera, no pocas con escasa trascendencia y otras apenas con datos sobre su título e hipotético año de circulación, resulta obvia la necesidad de su investigación.
Es así que la lectura de buena parte de lo escrito sobre nombres de periódicos y periodistas falconianos, provoca al menos un razonable recelo. Y no es para menos. Se encuentra el lector frente a un material pergeñado con justificada emoción, pero con fuentes escasas o inexistentes, o sin indicarlas; sin datos fehacientes ni referencias medianamente válidas sobre su existencia. No cumpliéndose con las exigencias mínimas, propias de una indagación de tal relevancia, resulta pertinente preguntarse de dónde deducen algunos autores los datos publicados.
La aspiración por suministrar una información que permita subsanar lo equívoco e incierto del balance hasta ahora conocido; que robustezca la fragilidad de muchas de las conclusiones, producto en buena parte de quienes de buena fe han escrito con presunciones carentes de fundamento y casi en el terreno de las adivinanzas, exigía una clara y definitiva respuesta a estos sucesos. Reclamaba emprender un estudio que despejara esta incertidumbre y permitiera establecer, mediante investigaciones exhaustivas, una información de base, un orden de los acontecimientos periodísticos; o al menos una propuesta válida para el desarrollo de un diseño que hiciera posible la racional aproximación a la verdad, utilizando para ello técnicas e instrumentos transparentes, a la vista de todos. Pero también sin silencios que sigan abriendo cauce a las especulaciones.
La justificación de este estudio, el por qué del mismo, se sustenta adicionalmente en una razón doctrinaria. No está demás recordar que toda indagatoria debe poseer un carácter modular, concebirse dentro de un engranaje que facilite la posibilidad de insertarse en investigaciones futuras y den continuidad y vigencia al trabajo original, de base. Tampoco es ocioso recordar que hay una consideración que está por encima del interés de cualquiera que investigue, como es la de que el objeto de tal actividad no puede responder a un fin puramente egoísta, individual.
Es menester puntualizar, además, que más allá de lo legítimo que pueda haber en esta ambición; independientemente de la natural o excesiva vanidad que albergue cualquier investigador, toda indagación debe integrarse a un gran esfuerzo de muchos en distintas direcciones, por lo que alentar los resultados de este movimiento colectivo para aumentar el alcance de los trabajos individuales, demanda que las conclusiones de cada investigador — conclusiones que no son otra cosa sino producción de conocimientos — , posean un razonable grado de fundamento que permita su utilización por cualquier interesado.
En este punto, pertinente es recordar lo que Don Mario Briceño Iragorri expresara a Julián Padrón en carta desde Guatemala, en 1939: ‘ Cada conclusión de un historiador es una piedra, buena o mala, para un edificio que construyen otros. La Historia no puede nunca ser una obra unilateral; por el contrario, examen de multitudes, requiere de multitud de juicios' 21 .
Es acá, precisamente, ante la oportuna cita del Maestro Briceño, donde adquiere pleno vigor la justificación del estudio propuesto: la necesidad de depurar o purificar, de acrisolar por vía testimonial las dificultades planteadas en no pocos de los nombres de periódicos y de periodistas falconianos divulgados . La razón es que buena parte de ellos se inscribe dentro de los defectos anotados: son citados... y punto!, sin mostrar dónde se obtuvo el dato; dándose por cierto lo que ‘ así se oyó, o ... dijeron, ...o según información de terceros' ; sólo repitiendo lo que se ha venido escribiendo, sin proporcionar novedad y consistencia al mismo, el cual se continúa exhibiendo carente de fuentes que otorguen valor documental e irrefutable a los logros obtenidos y contribuyan a elevar el conocimiento sobre el tema .
¿Para qué
se investiga?
Siendo la investigación un proceso científico de producción de conocimientos, al no haberse dado hasta ahora una relación detallada, de las publicaciones periódicas falconianas y sus autores, debidamente sustentada en una apoyatura documental que la haga confiable, es natural que el presente estudio se plantee como labor esencial ofrecerla, proporcionando datos, evidencias de su existencia, examinando las fuentes históricas y documentales con la mayor cautela y minuciosidad posibles.
Se trata de una labor que se plantea identificar las publicaciones, ubicarlas y estudiarlas; o indagar y exhibir pruebas de su existencia mediante el examen escrupuloso de fuentes, coronando la investigación con la estructuración o presentación de una relación ordenada de periódicos y periodistas objeto del tema.
21 Briceño Iragorri, Mario, << Doctrina historiográfica >>, en su Obras Completas (15 vols.), Edic del Congreso de la República. Caracas, 1989, vol. 4, p 17.
Una ordenación, por supuesto, entendida en el sentido de colocación de las cosas en el lugar que le corresponden; de la buena disposición de las mismas. Se satisface así la necesidad de precisar nombres de periódicos y periodistas falconianos en detalle, dando respuesta consistente al objetivo principal de la investigación.
Esta ordenación, presentada en forma cronológica, directa e indirecta, conduce a una sistematización de los resultados, donde cada periódico citado se ha constatado con un ejemplar del mismo que permite identificarlo inequívocamente; o, en su defecto, que se registra como producto de referencias que razonablemente permitan deducir a cabalidad sobre su existencia, la cual, obviamente, será confirmada por futuras investigaciones. Es acá, precisamente, donde radica el aporte, la originalidad y ortodoxia de la indagación que ahora se propone: ortodoxia entendida como praxis realizada de conformidad con normas universalmente aceptadas.
Se llega así al para qué de la investigación: ofrecer una relación de periódicos y periodistas falconianos, debidamente fundamentada, a partir de la instalación de la imprenta en Coro en 1842, trabajo que hasta ahora no se había realizado.
El análisis e inventario de publicaciones periódicas que ahora se aborda tiene su razón de ser al existir una necesidad que requería de aportes ciertos, consistentes, que permitieran sumar materiales — y aclarar los existentes — para el registro sistemático de la memoria de periódicos y periodistas del Estado Falcón. El repertorio logrado se constituye así en Capítulo de la aún incompleta Historia de la Imprenta y el Periodismo nacional, en especial cuando se cumplen cincuenta años de estos estudios en la UCV, dándole así continuidad a la labor que iniciara la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela, cuando editara en junio de 1951 el volumen de 598 páginas con treinta y seis de los más sobresalientes materiales para su historia, gracias a la notable compilación del maestro Pedro Grases.
De allí que el repertorio de periódicos y periodistas que ofrece el presente ensayo, expresa la aspiración de contribuir, desde fuentes y ópticas distintas, en la empresa de identificar y promover un conocimiento veraz y exhaustivo sobre el periodismo falconiano y sus autores, a la vez que proporcionar material de consulta para enriquecer una obra futura de mayor aliento sobre la historia del periodismo nacional .
Como objetivo adicional o específico de una investigación que realiza aportes a la historia aún incompleta de la imprenta y el periodismo en Venezuela — y que lo hace con el estudio de la parte correspondiente a la región falconiana — , la presente indagación permite mostrar una rica y desconocida información sobre autores, periódicos y detalles conexos , a la que se han agregado aspectos genealógicos, todos de indudable relevancia y muestra significativa de lo que atesora la colección de publicaciones falconianas que reposa en la Sala Arcaya de la HN, fuente primordial de este estudio, la cual, después de medio siglo de estar al servicio público, inexplicablemente se mantiene aún sin microfilmar y por ello sin poderse apreciar debidamente en sus magnitudes reales, siendo, como lo es, venero inexplorado para la investigación, en especial sobre la región falconiana.
Estrategia de la Investigación
Una vez definidos el por qué y para qué de este estudio, se emprendió el acopio de la mayor información posible sobre el tema a través de una exhaustiva revisión de fuentes que permitiera despejar, identificar, verificar, cotejar, fundamentar, ampliar, corregir y ordenar nombres y detalles de periódicos y periodistas falconianos.
Se procedió al examen, selección y fichaje minucioso de materiales bibliográficos y hemerográficos sobre el tema, existentes en las Salas Pedro M. Arcaya, de Microfilm y en la Colección Ovalles de HN; en la Hemeroteca de ANH y en la Biblioteca Nacional. Igual actividad se realizó en bibliotecas privadas de Caracas. Adicionalmente, se procedió a la revisión pormenorizada del Listado multigrafiado de periódicos falconianos de los siglos XIX y XX que reposan en la Sala Tulio Febres Cordero, en la ciudad de Mérida [Venezuela], adscrita a la HN, complementándose con consultas y entrevistas a protagonistas, familiares, testigos y estudiosos del asunto objeto de estudio.
Descrito por etapas, el procedimiento abarcó el arqueo bibliográfico y de periódicos falconianos surgidos de investigaciones anteriores, constatándose estos datos con los ejemplares que se conservan en los repositorios mencionados, lo que permitió cuantificar el universo de periódicos relacionados, ubicación, condiciones y características de los mismos. Paso final lo constituyeron las entrevistas.
Especial énfasis se puso en nombres, fechas y Nos. de cada periódico estudiado, así como también en las secciones denominadas ‘ Canje ', sociales y similares, espacios éstos donde se informaba sobre la fundación, el comienzo o ‘aparición', aniversario y recepción de publicaciones, periódicas o no; se notificaban sus envíos o se exigía la reciprocidad en éstos; se lamentaba su ‘último número', su desaparición o se aplaudía a aquellas que se prolongaban en el tiempo. La paciente pesquisa del material de estudio no dejó de arrojar los resultados previstos, permitiendo registrar inequívocamente un considerable número de periódicos y periodistas falconianos desconocidos o erradamente identificados.
Adicionalmente, al valernos del paciente cruce de información entre distintos autores, obras, periódicos y fechas, tal procedimiento facilitó importantes materiales para el estudio de distintos aspectos de la vida local. Entre éstos, singular importancia adquiere el hallazgo de relevante información sobre la existencia de al menos una decena de periódicos manuscritos de amplia circulación, elaborados en Falcón y por falconianos desde 1878 — e hipotéticamente previos a esta fecha — , los cuales, en su inmensa mayoría, eran desconocidos hasta ahora.
El hallazgo de periódicos escritos a mano es de indudable importancia si se recuerda que se trataba de medios que divulgaban asuntos de la localidad, laboriosa y penosamente pergeñados en remotos lugares dentro de las duras condiciones del siglo XIX. Hojas modestas de las cuales sólo se tenían referencias en algunos periódicos del último tercio del siglo pasado y sobre cuya existencia Irma D'Sola Ricardo alborotó el cotarro literario al preguntar por una de ellas — El Chistoso -- en su estudio sobre Polita De Lima como promotora cultural del siglo XIX coriano.
Se puso así en práctica una paciente metodología que permitió depurar, ordenar y sistematizar en forma confiable la relación de periódicos del Estado Falcón, elaborados o no por falconianos. Pero también de aquellos ajenos a esta jurisdicción, en los cuales participaron distinguidos hombres de la región, confiriendo así mayor amplitud, variedad y certeza al objeto de la investigación y dotándolo de plena correspondencia con el título que la encabeza.
Queda así nuevamente demostrado que el desarrollo de una metodología constituye paso fundamental en la historia de cualquier empresa de relevancia con aspiraciones normativas . Si miramos atrás, observamos que durante milenios se narraron historias antes de que el alemán Von Ranke, hace ya alrededor de un siglo, colocara al documento en el camino hacia la estatura y presencia metodológica que hoy ostenta en el estudio de la historia. Aunque la que se muestra en estas líneas pueda criticarse como una metodología en exceso laboriosa y exigente, es, sin duda, la apropiada para la investigación confiable en la historia de periódicos del pasado y la que he venido enseñando y practicando con mis alumnos durante muchos años en la UCV. Siendo una verdad que el elemento fundamental para establecer los méritos de un trabajo científico es que otros puedan repetir con éxito el experimento, todo aquel que lo aspire puede, sin mayor dificultad, reproducir los resultados de un estudio de estas características.
Limitaciones del estudio
Debe señalarse que al igual que en otras entidades del país, experiencias periodísticas como la que representa El Observador en Coro, en 1843, ó su respuesta editorial inmediata, El Boletín Popular Coriano (1844), y poco después El Coriano Libre (1846) — sin exceptuar muchas de las que le siguen hasta casi dos lustros del siglo actual — , surgen como iniciativas grupales y económicas de limitados recursos e indeleblemente adheridas a francas posiciones partidistas. A no dudar, estos avatares las condenaron a una corta duración, restringiéndose de paso el arraigo y trascendencia que normalmente debe esperarse despierte en el tiempo la circulación regular de un periódico dentro de la comunidad a la que sirve. Tal circunstancia, obviamente, disminuyó el interés público en la conservación de estas publicaciones, siendo muchas de ellas condenadas rápidamente al olvido.
Dentro de las limitaciones para este estudio debe señalarse, igualmente, la gran dificultad con que tropieza cualquier investigación histórica en Venezuela, en buena parte por la carencia de guías biblio-hemerográficas que orienten sobre sucesos de nuestra cultura nacional. Es así que, al emprenderse un estudio, se extiende quizás demasiado el tiempo dedicado a la labor previa de búsqueda de referencias; a la profundización en la literatura correspondiente y a la discusión con los conocedores del tema, etapa ésta que entraña una considerable pérdida de horas y esfuerzos, creando las consiguientes dudas, la zozobra y el cansancio, estados de ánimo que no pocas veces terminan por abortar admirables iniciativas que se verían felizmente superadas de contarse con una ayuda efectiva.
En este punto, válido es insistir en la urgencia de iniciativas que permitan crear un efectivo registro de la bibliografía regional, asunto que constituye mi ocupación fundamental y al que me dedico hace varios años. De ese registro bio-biblio-hemerográfico falconiano forma parte el presente estudio, el cual podrá actualizarse periódicamente una vez terminado.
Las circunstancias anotadas, unidas a las guerras intestinas, presididas por esa ignorancia soez que destruyó nuestros archivos y bibliotecas; el insano papel de la polilla y ese curioso y destructivo desgano por conservar nuestra memoria escrita — hecho éste del que no se exceptúa buena parte de nuestros editores — ; la displicencia, la desatención típica de muchos funcionarios y los desajustes crónicos dentro de los que perviven nuestros repositorios públicos, fenómenos a los cuales se agregan el hurto y la mutilación de obras a que se ven expuestas estas instituciones por el uso intenso e indiscriminado de ellas y la falta de preparación de muchos de sus usuarios, son hechos que dificultan cualquier indagatoria y donde la referida a nuestro periodismo no es la excepción.
Debe aclararse que una limitación propia de esta investigación es su carácter incompleto. Difícil sería asegurar — como en cualquier estudio de estas características — cuál es en realidad la cifra total de periódicos y periodistas que ocupa el devenir de la prensa escrita en el Edo Falcón en el período estudiado. Aunque una propuesta como la que acá se ofrece pretenda agotar el tema, cualquier afirmación sobre el número de ellos arrojaría una cifra virtual. Afinar este estudio, completarlo en sus detalles, requeriría de una investigación adicional a la expuesta en estas líneas, orientada esta vez a un estudio similar de los ejemplares que se conservan en la Sala Tulio Febres Cordero, de Mérida [Venezuela ] y los supuestamente existentes en otros repositorios públicos y privados del país.
Sin embargo, en abono a esta investigación debe afirmarse que buena parte del esfuerzo se ha cumplido y sus resultados se plasman a lo largo de la misma, al incluir la relación completa de los periódicos que se conservan en la Hemeroteca merideña, con lo cual se demuestra de manera irrefutable su existencia.
En cuanto al resto de bibliotecas falconianas y del país, debe insistirse en que ninguna de las publicaciones consultadas sobre el tema, ofrece pruebas de la existencia en ellas de periódicos falconianos, aunque otra pueda ser la realidad. Mención especial requieren los ejemplares de Flores y Letras y Armonía Literaria, transferidos en 1996 desde la biblioteca caraqueña del fallecido médico e historiador Oscar Beaujon Graterol al Ateneo de Coro y cuyas copias examiné en la HN. Con esta excepción, y repito lo aseverado al comienzo, el único trabajo que afirma ‘ haber ubicado ' algunos periódicos falconianos del siglo XIX y principios del actual es el citado de Miguel A. Paz, pero con la grave falla de no señalar dónde supuestamente se hallarían éstos, lo que impide conjeturar razonablemente sobre el asunto.
Expuestos quedan, pues, los logros y limitaciones de esta investigación que comprende 110 años de centenares de títulos, dirigidos y/o redactados por falconianos en el periodo 1843-1953, incluidos aquellos editados fuera del Edo Falcón y ciertos periódicos de Curazao en los cuales hubo una activa presencia falconiana.
El estudio se presenta en fichas dispuestas forma cronológica, directa e indirecta, de acuerdo con el Registro de Identificación de Periódicos diseñado en el ya clásico estudio de morfología y prensa comparada de Jacques Kayser. Un inventario cercano a los quinientos registros sobre el tema y una relación de periódicos y periodistas en el Índice Onomástico, conforman el trabajo, al que se ha agregado una lista, también en orden alfabético, de las fuentes o Referencias (Ref.) bibliográficas, hemerográficas, documentales en general y entrevistas, que sirven de soporte a este trabajo. Para mayor facilidad en su manejo, las fuentes bibliográficas se han colocado al comienzo de la obra, aunque se repiten, abreviadas, en cada ficha de trabajo: ¡ no olvidemos que esta obra es en sí un Índice cronológico de periódicos y periodistas ! Adicionalmente, a las fichas se agrega entre corchetes o en acápites lo que requiera interpolarse, bien sea alguna aclaratoria, palabra, fecha, duda, o letra omitida en el original, que se desarrolla con el comentario pertinente.
Con la indulgencia que es pertinente esperar por las fallas que surjan y la franca invitación a que se indiquen sus imperfecciones y puedan ser corregidas en futuras ediciones, debe decirse, finalmente, que este libro alcanzará sus propósitos si contribuye a profundizar y disciplinar la información sobre la historia del periodismo en cada rincón de Venezuela, lo que equivaldría a estimular el desarrollo de métodos que mejoren su indagatoria. Sólo aspiran estas líneas despertar el deseo expuesto de enriquecerlo. ¡No otro es su propósito!
Zénemig Giménez
Marzo, 1997
Derechos Reservados: Zénemig Giménez.
ISBN 980-333-117-5
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